Acto de Homenaje y Despedida a nuestro alumno Juan
El jueves día 7 de abril fue el día elegido por el centro para hacer un homenaje y una despedida a nuestro alumno Juan. Acompañados de la familia del alumno, el centro al completo: alumnado y profesorado de todos los niveles se reunieron en el patio para celebrar un emotivo acto. En este acto, sus amigos le leyeron un texto de despedida. Este texto (situado al pie de esta entrada) titulado «En el cielo de Juan» está escrito por nuestra profesora de Lengua y Literatura Carmen Oteros. A continuación, nuestro alumno Hugo Moreno con su saxofón nos regaló un minuto musical que nos removió las tripas por la perdida de nuestro alumno. Un ejemplo de respeto y cariño fue el que demostró nuestro alumnado guardando un minuto de silencio. Finalmente, Juan y Antonio, padre y hermano del alumno, lanzaron dos globos al aire para mandarle un mensaje al cielo.
Aquí pueden ver el vídeo con el acto celebrado en el centro:
EN EL CIELO DE JUAN
En el cielo de Juan no hay calima, siempre es azul.
En el cielo de Juan nunca se está solo, porque su corazón ladra con tanta vida que se ha convertido en un perrillo que lo acompaña a todos lados moviendo la cola, y husmea, y corre y caga. Y Juan lo recoge porque quiere tener su cielo limpio y siempre hay una papelera y bolsas al lado.
En el cielo de Juan solo llueve si te apetece mojarte y saltar en los charcos y luego, cuando acabas de jugar, estás seco y sale el sol y te tomas un helado.
En el cielo de Juan hay Dinogalletas para desayunar y merendar y la única carne son las hamburguesas del McDonald’s.
Cuando llegó a su cielo, Juan tuvo que rellenar una ficha con sus preferencias, por eso Netflix no tiene contraseña, la consola no se descarga y no necesita móvil porque los mensajes que le interesan hacen pop a su lado como si fueran palomitas.
Tenía la opción de ser fantasma pero quiso ser valiente y eligió ser inspiración para sus amigos, para soplarles en los exámenes y darles una patada en el culo si ve que pierden el precioso tiempo de sus vidas.
En el cielo de Juan, sus manos son LAS MANOS, y todo se mide en manos y si la tuya es más grande pues te aguantas. Allí todo tiene la medida perfecta del dedo medio que a ti te hacía reír cuando te lo enseñaba.
En el cielo de Juan crece un árbol o una planta o surge un artefacto cuando pensamos en él. Así que Juan sabe que su cielo, que es infinito, siempre guardará sorpresas porque no lo vamos a olvidar. Promete explorarlo todo, pero dice que por favor, más manzanos no, que sean otros árboles, que para él, las manzanas en zumo y de Hacendado.
En su cielo, Juan de vez en cuando ve el fútbol, a ver qué tal va el Madrid, pero más que la liga le interesa cuando juegan sus colegas.
Juan aprende cuando aprenden sus amigos, en su cielo, la seño de Lengua nunca llega tarde y cuando se le va la pinza él le tira del pelo para que vuelva al tema.
En el cielo de Juan, las tildes se ponen solas y la ortografía no cuenta, y puede ir al país del Worldle, y esperarnos allí y reírse porque no lo acertamos. Cuando apostamos por la etimología de una palabra, Juan nunca escoge el latín y si se equivoca le da igual, porque la definición se copia sola y con buena letra.
En el cielo de Juan se crece cada día y por eso él también llegará a subir de cuatro en cuatro las escaleras.
Autora: Carmen Oteros, profesora de Lengua y Literatura del IES Sierra de Mijas